(de cómo Menéndez dirige un movimiento sin militantes)
Otro representante de Grande
Merlo elije dar un paso al costado para abandonar el camino que lleva adelante
Gustavo Menéndez. Esta vez fue el concejal Gustavo Aguirre, representante del
bloque junto a Pablo Rendich en el Honorable Concejo Deliberante, quien hizo
públicas sus intenciones de separarse de este cuerpo a raíz de su
irreconciliable y desgastada relación con el líder merlense.
Pero la noticia no cumple con las
premisas periodísticas básicas: no sorprende, ni es del todo nueva. En este
proceso que se viene gestando hace ya muchos meses, el partido fantasma
dirigido por Gustavo Menéndez comienza a parecerse más a un recuerdo que a un
espacio de militancia. El éxodo emprendido por los ex seguidores de este difuso
personaje de la política merlense desdibuja las letras de un Grande Merlo que
cada vez se achica más.
Desde Víctor Coronel, aquel
seguidor de la política menendista que señaló que en el entorno partidario se
hablaba de "drogas y robos" y comenzó a sumarse a la lista de
dirigentes barriales y sociales que se alejaban de este espacio duhaldista;
hasta distintos colaboradores, como lo fue Gastón Marín, quien desmintió
públicamente a Menéndez por agraviar a sus expensas al intendente municipal con
declaraciones falaces; u otros, como Carlos "Bocha" Rossi o Eduardo
Marino, que tomaron la iniciativa de pasarse al oficialismo buscando un
referente sólido; aunque esto hiriera especialmente el corazón de un partido que
se opone fatalmente al oficialismo de Merlo.
Alejandro Torres, un ex candidato
a concejal por el espacio de Menéndez también anunciaría su dimisión a la
candidatura y confirmaría al diario Crónica que Menéndez inventó una falsa
pelea entre militantes de su espacio con la oposición y utilizó volantes
difamatorios para reforzar su mentira. Para peor, tiempo después se lo
denunciaría penalmente por agresiones y amenazas contra Torres, ex candidato a
concejal de Grande Merlo, al intimarlo con estas palabras: “No vas a poder
caminar por Merlo”.
Esta desmembrada agrupación, que
muchos ex seguidores aseguran que "está poseída por la violencia, el odio
y el rencor", ahora perdió a uno de sus dos representantes en el HCD,
Gustavo Aguirre, quien además era apoderado del partido, y ahora pasó a
conformar un nuevo bloque denominado "Casa de Todos". Este concejal
había asumido su función en el mes de diciembre de 2011 y continuará en su
función hasta 2015, pero esta vez lejos de las filas de Grande Merlo.
Otra pérdida irrecuperable de un
partido del cual ya pocos hablan bien y de donde nadie se va en buenos
términos.
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