La interminable burla de Bargalló
El escándalo ya pasó. La revuelta producida por
las fotos y la mentira del ex obispo amainó su tempestad, aunque la herida
quedó marcada en nuestra comunidad.

El Monasterio Trapense,
consagrado a Nuestra Señora de los Ángeles, en Azul, provincia de Buenos Aires,
abrió sus puertas para que Bargalló disfrute de su lujoso aislamiento y no
sienta mayor dolor del que le imprime haber sido destituido.

Este obispo removido de su cargo, pero con
iguales derechos de vestir los hábitos pastorales pasa actualmente sus días en
un paraíso, aislado del insistente cuestionar de la conciencia. Alejado de la
ciudad, el cura reflexiona sobre sus pecados.

¡Qué fácil es redimirse de los errores
cometidos cuando el castigo se parece más a un spa que a una penitencia!
¿Estaremos errados entonces en nuestra política
de estado y deberíamos invertir en jacuzzis para las prisiones y pantallas 3D
para las correccionales, así la pena no se nota tanto?
¿Es posible aun que tanto daño a la moral sea
premiado con más estadías en lugares soñados?
A veces nos formulamos demasiadas preguntas, y
como triste respuesta encontramos el silencio y la mentira. Con toda nuestra
honestidad esperamos aun como pueblo devoto y sincero sus declaraciones… o una
respuesta… o una sanción… o algo que nos indique que tanta mentira no quedará
impune.
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