Nadie dudó cuando comenzaron a atarse los cabos
de la preocupante historia que hoy nos muestran los trabajadores de Morón. El
siniestro plan de estafa y explotación que mostró el Sindicato de Trabajadores
de Morón fue sólo una forma de corroborar lo que se sabe desde hace tiempo.
Desde fines de marzo ya había sido planteada la
negativa a la política salarial del actual intendente Lucas Ghi. A través
distintas marchas y protestas actualmente continúa la lucha por la recomposición
salarial, debido a los sueldos bajos que se están recibiendo.
En pleno 2012, se aperciben sueldos mínimos de
900 pesos, a razón de poco menos de 6 pesos por día. Todo esto, sumado a las
condiciones infrahumanas en las que tienen que sobrellevar día a día sus
labores, en establecimientos y predios que no cuentan con las condiciones
mínimas de limpieza o recursos para ser habitados.
Y esta vez no son grupos de choques ni patotas,
son obreros que hacen oír su voz.
En declaraciones a medios gráficos de zona
oeste afirmaron: “Nosotros no estamos en contra del intendente y de su campaña
política. Que sea intendente cuarenta y dos años más si quiere. Con nosotros lo
que tiene que hacer es pagar buenos sueldos, dar condiciones dignas de trabajo
y dejar de reprimir trabajadores”.
En una comuna donde los representantes del
ejecutivo facturan más de veinte o treinta veces lo que gana un trabajador.
“A eso sumále que se burlan del trabajador con
sus declaraciones y con sus actos, donde dicen que todo está bien. Soluciones
es lo que nosotros buscamos, no palabras” afirman los representantes del
Sindicato.
“Para temas que no son salariales nos
atendieron pero cuando queremos hablar de nuestros haberes no nos atienden más”
afirman.
En un distrito donde los técnicos, enfermeros y
personal de salud son absolutamente desatendidos, recibiendo uno de los sueldos
bajos en comparación con la provincia de Buenos Aires; con básicos de mil
cuatrocientos pesos, sin respeto de jerarquías ni títulos, o grado de
capacitación. El mismo municipio que lucra con las horas extras, las mismas que
antes eran un plus y ahora son una necesidad. Un lugar que continúa estafando a
sus trabajadores al tiempo que se promociona a sus expensas.
En la actualidad, el Sindicato de Trabajadores
de Morón sigue siendo burlado por la intendencia de Lucas Ghi, bajo el comando
político de Martín Sabbatella. Una pregunta abierta, con la furia contenida de
quienes reclaman lo que les corresponde.
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