Símbolo de la dictadura militar.
El dictador falleció a los 87
años. Se descompuso, lo internaron y dejó de existir en una limpia cama de
hospital, rodeado de cuidados médicos, a la espera de una cristiana sepultura.
Tuvo la suerte que se les negó a
los más de “7000 u 8000 desaparecidos asesinados” –según sus propias
declaraciones- durante la inhumana dictadura que presidió, a través del brazo
armado de las fuerzas militares, ansiosas de aquel Proceso de Reorganización
Nacional.
Permanecía detenido en el penal
de Marcos Paz por graves violaciones a los derechos humanos, por privación
ilegítima de la libertad, negación de la identidad, asesinato y tortura.
Curiosamente su muerte fue
anunciada por la Secretaría
de Derechos Humanos de la Nación. Su
última sentencia de 2012 lo condenaba a 50 años de prisión, luego de que el
tribunal que lo juzgó lo encontrara culpable por el delito de secuestro y
sustracción de identidad a menores de edad.
El martes último, Videla se había
negado a declarar ante el Tribunal Oral Federal 1 en el marco del juicio por el
Plan Cóndor. Se autodeclaró como un "preso político" y aseguró haber
sufrido una "crisis de memoria", de la cual, afortunadamente, todos
los argentinos estamos exentos.
"No había otra solución.
Estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra
la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se
diera cuenta", relató el asesino en una de sus últimas apariciones
públicas.
ESCOIMPU te saluda y considera
que, quizá, una buena parte de Argentina se lamenta de tu partida. ¡Qué
tristeza que te vas! Antes deberías haber pagado por cada vida.
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