¿Cuántas veces repetimos en las
últimas décadas lo afortunados que somos de vivir en democracia? ¿Cuántas otras
llegamos a confundirnos apoyando a candidatos que atentaban contra esta?
¿Cuánto más nos seguimos confundiendo al permitir que represores y patoteros
continúen en el poder?
Esta vez el brazo más combativo
de Jesús Cariglino, actual intendente de Malvinas Argentinas, pegó por el lado
más fácil y predecible, aunque no por eso menos vil. Era la esposa del
gobernador Scioli, Karina Rabolini, quien visitaba la ciudad, cuando un grupo
aliado al oficialismo local atacó el auto de la empresaria y ex modelo de forma
brutal.
Funcionarios locales pudieron
corroborar la violencia ejercida por los malvivientes que llegaron a lanzar
piedras y huevos al auto donde se trasladaba Rabolini.
"Hay intendentes que tienen
prácticas que no tienen nada que ver con los 30 años de democracia que
llevamos. Nosotros somos gente de la democracia, no entendemos ni concebimos,
ni la agresión física ni verbal" sentenció el diputado provincial del
Frente Para la Victoria
Guido Lorenzino.
De esta manera se expresó el
funcionario en referencia al Intendente de Malvinas Argentinas, Jesús
Cariglino, sobre quien pesan numerosas denuncias por el accionar de patotas
supuestamente a sus órdenes. El caso más resonante fue el que terminó con la
vida de un enfermero del hospital Claudio Zin de esa localidad que había
denunciado serias irregularidades.
El discurso violento continúa
cobrando fuerza desde las sombras, pero sale a relucir en ocasiones, donde un
inevitable dejà vù nos dibuja los peores años de la Argentina.
"Me limito a hacer lo que
hace el gobernador de la
Provincia : repudiar cualquier tipo de violencia", afirmó
Lorenzino en declaraciones radiales. "El auto de Karina Rabolini fue
agredido la semana pasada en Malvinas Argentinas y nadie dijo nada".
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