(de cómo negociar la ideología)
Uno de los principales frentes
oficialistas en la provincia de Buenos Aires es Nuevo Encuentro, el partido
liderado por el actual titular del AFSCA Martín Sabbatella quien, desde su
período en Morón, tejió alianzas con concejales que se sumaron a su bloque en
distintos municipios del conurbano.
Sin embargo, de cara a las PASO
del 11 de agosto, Sabbatella retocó su mapa en la provincia, intentando
afianzar el vínculo con el gobierno nacional, aun a expensas de perder espacio
en las comunas del conurbano.
Aquí es donde comienzan las
contradicciones o, al menos, las correcciones en el camino emprendido hasta el
momento por el espacio NE, lo cual, en algunos casos, resulta como borrar con
el codo lo que se intentó escribir con la mano.
Lo cierto es que en municipios
como Merlo, los militantes de este frente expresaron a nuestro medio su indignación
ante los movimientos -elaborados en base a intereses del círculo político
íntimo de Sabbatella- que dejaron afuera de las primarias a Nuevo Encuentro. De
esta forma, la concejal por este frente, Patricia Álvez, cederá su banca sin
respaldo alguno del movimiento que la impulsara tiempo atrás.
¿Pero a cambio de qué? ¿Qué llevó
al titular del AFSCA a apartarse de su lucha contra el oficialismo de Othacehé
al que combatió durante tanto tiempo?
¿Qué intereses incitaron a
Sabbatella a abandonar a los militantes de este municipio del oeste que creían
en Nuevo Encuentro como una alternativa dentro del kirchnerismo?
¿Por qué este frente da un paso
al costado luego de haberse embanderado como la verdadera oportunidad de cambio
a la política actual de ese distrito?
Las respuestas no son menos
oscuras que sencillas. De acuerdo al modelo planteado por la presidenta, al cual
adhiere el jefe comunal de Merlo al igual que el ex intendente de Morón, una
disputa interna sería innecesaria, además de ridícula, cuestión que el mismo
Sabbatella debió haber supuesto con anterioridad. Por estas razones, el líder
de Nuevo Encuentro “negoció” este espacio de poder (Merlo) apartando a sus
concejales de la disputa electoral, pero… ¿a cambio de qué?
Ya que nada es gratis, Sabbatella
exigió el acomodo de sus dos brazos políticos más importantes dentro de las
nóminas provinciales y nacionales. Así, su esposa Mónica Macha encara
automáticamente su candidatura a senadora provincial, y Adrián Grana, presidente
del partido en la provincia de Buenos Aires, hará lo respectivo con la
renovación de su banca en la cámara baja.
Tan fácil como eso. Años de
combatismo pueden trocarse por dos o tres acomodos ¡y todos amigos! La parte
oscura de la militancia… o, mejor dicho, de la conveniencia. Otro fraude a la
buena fe.
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