jueves, 14 de marzo de 2013

Para el Partido Obrero la revolución es caos, sangre y destrucción


Entre los días 9 y 12 de febrero se realizó en la ciudad de Ramallo el Campamento Anual de Formación Política del  Partido Obrero y  sus Organizaciones Satélite de Izquierda.
Para su Organizador y máximo referente José Saúl Wermus, más conocido con el nombre de guerra de “Jorge Altamira”,  el evento fue “extraordinario tanto en calidad como en cantidad”. 
Sin dudas que es extraordinario en pleno siglo XXI  concentrar  durante 4 días a militantes para hablarles exclusivamente de Marx, de Lenín, de agitación política, gremialismo extorsivo y revolución sangrienta.
La apología de contienda y destrucción del Estado, la prédica antidemocrática y el llamado a la lucha armada son algunos de los conceptos que se desplegaron en ese supuesto fatuo campamento y que muestran al Partido Obrero tal cual es: un lobo disfrazado de cordero. Escondidos detrás de la estructura de un pseudo partido político, se esconde la matriz del caos, la anarquía y el quiebre del orden democrático y sus Instituciones. Todo esto bajo el principio básico de “cuanto peor, mejor”.
En una realidad nacional inclusiva, comprometida con las libertades democráticas y los derechos adquiridos, el Partido Obrero sigue viajando a contramano, incendiando trenes, cortando autopistas, agraviando a los que trabajan y haciendo su labor subterránea de adoctrinamiento para que sus adeptos (incluidos niños de menos de 12 años que se vieron obligados a escuchar a Wermus en el campamento) incursionen profesionalmente en el campo de la violencia, la provocación y el desorden social.

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