jueves, 14 de marzo de 2013

El gallo ciego


Se multiplican en Morón los pedidos de vecinos que reclaman por mayor seguridad, alarmados por la sucesión de hechos delictivos contra la propiedad y las personas, que de acuerdo a datos de la Procuración General bonaerense, se producen a razón de cinco delitos por hora, es decir un robo cada 12 minutos. El grosero crecimiento de la prostitución (y el consecuente tráfico de drogas) ahonda la preocupación de los moronenses, ante la ausencia de un Estado Municipal que 'no ve' lo que sucede en su territorio.
El sistema delictivo en Morón contiene una franja común a la de cualquier ciudad del mundo, con malvivientes independientes que actúan por su cuenta o en sociedades ilícitas, y otra franja que cuenta con cierta 'cobertura' proveedora de inmunidad para que la actividad se desarrolle con creces, tanto para los malhechores como para los 'protectores', en definitiva tan delincuentes como aquellos.
Desde los habituales habitantes del radio céntrico, los clásicos punguistas, pasando por los arrebatadores de carteras, cadenitas y celulares, sin olvidarnos de los 'tajeadores' de bolsos y mochilas, y los históricos 'pasadores' de billetes falsos, entre otros miembros de la fauna delictiva que operan preferentemente en las inmediaciones de la estación (aunque no descuidan las arterias más comerciales y la zona bancaria) hasta las bandas organizadas, como por ejemplo las afincadas en el Barrio Carlos Gardel, convirtieron al distrito de Morón en un reinado del delito y la corrupción.
En el Carlos Gardel, operan libremente desde una privilegiada 'puntera' del jefe Martín Sabbatella, la madre del concejal de Nuevo Encuentro Silvio Gutierrez, hasta la empleada municipal Claudia Peña, juzgada y condenada por la Justicia por tráfico de drogas. Solo requiere conversar unos minutos con algunos vecinos de la calle Marconi, la Quinta Avenida del Gardel, para conocer relatos escalofriantes acerca de la impunidad con la que se mueven estos temibles grupos. Y para enterarse del accionar de los anteriormente mencionados delincuentes 'céntricos', solamente será necesario consultar a los choferes de colectivos, quienes conocen, en muchos casos, hasta los nombres o apodos de algunos que bien podrían haber protagonizado la famosa escena de la película Nueve Reinas, aquella tan parecida a la realidad del centro de Morón.
Las innumerables quejas de los vecinos de Morón se centran en la falta de acciones de parte de las autoridades para hallar una solución al grave problema, pero aducen que 'no encuentran ni voluntad ni decisión para hacerse cargo'. Creen que nada se lleva a cabo desde el Municipio para dotar de una mejor seguridad al distrito, aunque observan con resignación que, entre otros trasfondos, en la mayoría de los casos reciben como respuesta: 'Firmen el petitorio para que el intendente Lucas Ghi sea el jefe de la Policía Municipal'. Por ahí cantaba Garay.

 (Fuente: MerloGBA; 09/03 |15:36)

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