Triste sería el adjetivo más
sutil para las elecciones de Libres del Sur, un partido que aprende día a día a
flotar, para no ahogarse en las aguas de la política merlense, donde evidenció
en repetidas oportunidades su incapacidad para avanzar.
A través de las redes sociales,
el expulsado concejal Horacio “Lula” Cepeda bajó la cabeza y reconoció lo
inevitable, “nuestra interna tuvo pocos votos”… y no podía ser de otra manera.
La opinión del electorado estaba formada, luego de las causas donde estuvo
implicado por extorsión y malversación de fondos públicos, donde se demostró la
meta política de este líder minoritario, íntimamente relacionada al
enriquecimiento ilícito y las asociaciones fraudulentas.
Finalmente, el precursor del
movimiento Libres del Sur en Merlo figuró en la taquilla como el gran perdedor
ante el radicalismo y el desconocido Ireneo Marín, quedando tercero en su
corriente y por lo tanto afuera del HCD, pero no por destitución como las
últimas dos veces, sino porque esta vez no llegó a entrar.
Sin embargo, el flaco discurso
combativo de Lula aun se hace escuchar y, a duras penas, convence. Atraídos por
el espíritu militante, o quizá la rebeldía juvenil de querer participar y
cambiar una realidad, contados jóvenes, inexpertos aun en materia política, se
sumaron a sus filas. Este es el caso de Rosendo Martínez, 2º concejal de la
lista del Frente Progresista Cívico y Social de Cepeda, quien compartió la
derrota y militó (perdón, LIMITÓ) su acción política a comentar los discursos
del ex precandidato. “Mejor imposible Lula!”, vocifera Martínez, quien tarde o
temprano deberá abrir los ojos y despertar a una realidad piquetera, que poco
tiene que ver con la militancia.
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