viernes, 13 de diciembre de 2013

Una vergüenza sin TECHO

Las condiciones precarias de vivienda o la situación de calle sigue siendo motor para la manipulación inescrupulosa de los sectores empresariales que comercian con la necesidad.
La organización TECHO, erigida bajo el lema “Un techo para mi País” cuanta en su haber con numerosos reclamos de vecinos de la Zona Oeste, familias y personas que no cuentan con un trabajo en blanco, ni recursos para poder autoabastecerse, pero lo cual no implica que deban ser tratados como animales.
Las viviendas que esta organización “facilitó” a los pobladores, enarbolando la bandera de la solidaridad, no definió más que un mero comercio basado en la buena voluntad de los obreros que se prestan ad honorem para esta causa innoble.
Las casillas, verdaderos focos de infección forrados con bolsas de polietileno, sin divisiones internas y carentes de toda medida de seguridad, son cobradas a los necesitados como un bien real, siendo que la precariedad de la edificación atenta contra la salud y hasta contra la vida.
Cada casilla, de aproximadamente 6m. x 3m., es un gran cajón de madera donde pasa la lluvia y el frío, sin instalación eléctrica y, más aun, sin baño. Tristemente, los acreedores de estas viviendas son estafados en su necesidad por los asociados de grandes corporaciones que se aprovechan de la credulidad de la gente.
En contacto con nuestra redacción, acreedores de estas viviendas pidieron reestablecer el contacto con los operarios que instalaron estos refugios de tan escasa durabilidad, ante la ausencia total de comunicación o respuesta ante los reclamos.
En otro sentido, se demostró también que estas premoldeadas son altamente inflamables, detalle que pueden testimoniar habitantes que casi sufrieron la pérdida total de sus bienes en ocasiones en que una mínima chispa amenazaba con destruirlo todo.

Si bien es verdad que todos necesitamos un techo, tampoco es a cualquier costo; y la humillación a la que fue sometida tanta gente no condice con el marketing que ostenta la organización “TECHO”. Una verdadera vergüenza para quienes promocionan su solidaridad.

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